Un análisis somero de las caracteristicas propias de la Gestalt en Mexico.
Creo que el iniciador de la Gestalt puramente Mexicana fue Guillermo Borja. Con un único libro (“La locura lo cura”), dejó testimonio de su particular forma de realizar su Gestalt a la Mexicana. En su texto muestra un lenguaje propio, una forma de trabajar involucrando las contradicciones eminentemente mexicanas, mezclando terapia gestalt con las vivencias rituales chamánicas huicholas, al calor del tequila y los corridos, haciendo gestalt a toda hora y en cualquier lugar: en el tianguis, en las noches bohemias repletas de cerveza y música “edípica” (como le decia “memonio” borja a la música ranchera).
Incluso hizo gestalt dentro de la cárcel, cuando estuvo preso por participar en rituales huicholes donde hubo uso de jícuri o medicina sagrada. Curioso que en este país los intelectuales y genios vayan a la cárcel, y en cambio muchas lacras de lengua viperina y alma oscura van a dirigir iglesias, partidos, corporaciones policiacas y medios de comunicación.
Como la frase dice: “como México no hay dos”, de la misma manera, como la Gestalt Mexicana no hay dos. Mucha de la Gestalt que se ha hecho en nuestro país está fuertemente influida por las escuelas Norteamericana y Europea, con muchos de los formalismos propios de la ciencia positivista y “objetiva” de esas culturas. Pero la Cultura Mexicana tiene ciertas peculiaridades únicas, que han sido exploradas extensamente por Luis Buñuel y Alejandro Jodorowsky (en el cine), por el enorme intelectual Carlos Monsiváis qepd (en sus geniales ensayos), por el gran Rockdrigo Gonzalez (en música), por Pachita y Maria Sabina (en sus exploraciones profundas del alma humana), por el maestro Rius (en sus dibujos y libros) y finalmente en la terapia Gestalt por el “enfant terrible” Guillermo Borja.
Al igual que todos los artistas mencionados, Borja fue capaz de hacer una Gestalt original, radicalmente mexicana y que carente de formalismos, se atreve a vivir todas las contradicciones y particularidades de la mexicanidad con una fuerza y una pasión que desborda, que escandaliza y revoluciona, que desestructura y luego integra, que intriga y asusta, pero que finalmente logra hacer una verdadera vida gestáltica y predica con el ejemplo. Un ejemplo de valentía, de decir y hacer las cosas que realmente necesita, caiga quien caiga, que al igual que sócrates, prefirió el encierro ó la muerte a vivir en la mentira.
Esa es la gestalt que me gusta. Creo que esa es la Gestalt que México necesita. Esa es la Gestalt que urge diseminar por todo nuestro territorio nacional. Una Gestalt vital, renovada, con el sello del águila, el nopal y la serpiente, con el sonido estruendoso de los tambores prehispánicos, enmedio del humo del copal ritual, impregnado con la medicina sagrada (el abuelo jícuri), siguiendo las tradiciones chamánicas y las profundas enseñanzas de pachita y Maria Sabina...una gestalt que reconozca y viva nuestras polaridades más evidentes y las ocultas: el católico practicante, mientras más devoto, más diabólico (y si no, que hablen los sacerdotes pederastas); el macho mexicano, que mientras más macho más jotito; el politico-rata, el narco-bienhechor, el soldado y el policia protectores de narcos, el preso-delincuente activo...somos una cultura de las paradojas, una cultura surrealista. En México se han vuelto realidad los más locos sueños del realismo mágico latinoamericano.
Hace falta mirarnos claramente, darnos cuenta de lo que somos, vivirnos intensamente, entrar en contacto íntimo con nuestra mexicanidad, para alcanzar el cambio terapéutico como sociedad y el uso de nuestros potenciales dormidos.
Esta es la Gestalt que necesitamos.
Dr. Rubén Mendoza